martes, diciembre 05, 2006

La Corporación

Hace 150 años, la corporación era una institución insignificante.
Hoy se ha expandido.
Como la iglesia, la monarquía y el partido comunista de antes, la corporación es la institución dominante del presente. Aunque inicialmente tenía un mandato legal limitado, ¿qué permitió a la corporación de hoy lograr tanto poder e influencia extraordinaria en nuestras vidas?

George W Bush, US President:
""Creo que hay una amenaza de desconfianza sobre el mercado. El 95% de la comunidad de negocios es honesta y revela sus activos, tiene programas de compensación equilibrados, pero hay otras que son unas manzanas podridas.""



A través de los presidentes, denunciantes, corredores, potentados, espías, empleados y extraños, presentamos la corporación como una paradoja: una institución que genera grandes riquezas, pero que causa enormes daños, con frecuencia, ocultos. Originalmente, las corporaciones eran asociaciones de gente autorizadas por un estado para realizar alguna función, como construir un puente sobre el río Charles.

Al principio en Estados Unidos había muy pocas compañías constituidas. Las existentes tenían estipulaciones muy claras en las autorizaciones del estado como, por ejemplo, por cuánto tiempo podían operar el monto de su capital, lo que les estaba permitido realizar, el hecho de que no podían hacer otra cosa, ni podían tener otra corporación; el que los accionistas eran responsables, etc. Legal y culturalmente, la corporación era considerada una entidad subordinada que era un regalo de la gente para servir al pueblo. Ésa es la historia, pero no nos dejemos engañar; no eran días de felicidad cuando las corporaciones eran para el beneficio público, sin embargo hay mucho que aprender de ahí.


La Guerra Civil y la revolución industrial crearon un crecimiento enorme en las corporaciones. Hubo una explosión de líneas ferroviarias que obtenían grandes subsidios federales de tierras, de bancos, de manufactura pesada. Y los abogados corporativos de hace siglo y medio vieron que necesitaban más poder para operar y quisieron quitar algunas restricciones que históricamente habían tenido las corporaciones.


Al final de la Guerra Civil se aprobó la enmienda No. 14 para darle los mismos derechos a la gente negra.

Decía: "Ningún estado puede privar a una persona de su vida, libertad o propiedad sin un debido proceso legal".

Fue para prevenir que los estados les quitaran la vida, libertad o propiedad a los negros, como habían hecho durante tanto tiempo en la historia.


Pero las corporaciones llegaron a las cortes y los abogados corporativos que eran muy vivos, dijeron:
"No se puede privar a una persona de la vida, la libertad o la propiedad, y nosotros somos una persona, la corporación es una persona".

Y la Corte Suprema lo admitió.

Lo más grotesco de todo esto es que la enmienda 14 había sido aprobada para proteger a los esclavos recién liberados. Por ejemplo: entre 1890 y 1910 se presentaron a la corte 307 casos bajo la enmienda 14. De estos casos, 288 fueron de corporaciones y 19 de afroamericanos.


Murieron 600.000 personas para obtener derechos para la gente, y durante los siguientes 30 años, de un solo plumazo, los jueces aplicaron esos derechos al capital y a la propiedad, mientras se los quitaban a la gente.


Con los mismos derechos legales y protección de una persona, uno se pregunta qué clase de persona es una corporación. Las corporaciones tienen derechos de personas inmortales, pero son personas especiales, personas que no tienen conciencia moral. Son personas especiales diseñadas por la ley para beneficiar solamente a sus accionistas, y no a la comunidad o a la fuerza laboral, por ejemplo.

El gran problema de tener ciudadanos corporativos es que no son como nosotros. Como decía Baron Thurlow: "No tienen alma que salvar ni cuerpo que encarcelar". Mucha gente se equivoca cuando piensa que las corporaciones son como nosotros.

¿A quién le deben lealtad estas compañías?

¿Qué significa la lealtad?

Resulta ser un concepto muy ingenuo, ya que las corporaciones siempre se deben a sí mismas para crecer y generar ingresos. Al hacer esto, tiende a ser más beneficioso, hasta el punto de hacer que otros paguen los platos rotos por su impacto en la sociedad. Los economistas usan una palabra terrible para esto: "externalidad".

Una externalidad es el efecto de una transacción entre dos individuos y una tercera parte que no ha consentido ni ha jugado ningún papel en la realización de la transacción.


En Honduras Nike le asigna un tiempo a cada operación. No hablan de minutos sino de diezmilésimas de segundos. Al final de las 22 operaciones, le dan al obrero 6,6 minutos para hacer una camisa. En Santo Domingo se paga 70 centavos la hora, o sea que 6,6 minutos equivalen a 8 centavos. Les pagan 3/10 del 1 % del precio de venta.

Los trabajadores no ganan para comer tres veces al día; mucho menos para alimentar la economía local.

La corporación no es una persona; no piensa. Su gente piensa que debe crear una tecnología Terminator. Los agricultores no podrán salvar sus semillas, son semillas que se destruirán gracias a un gen suicida. Son semillas diseñadas para producir una sola cosecha en una sola estación. Hay que tener una mente brutal. Es una guerra contra la evolución. El secreto es que algunos productos no deberían fabricarse y punto. Si no podemos hacer alfombras de forma sustentable, sin contaminar a lo mejor no tenemos un lugar en un mundo sustentable, y tampoco nadie más que fabrique productos que contaminan de una forma no sustentable.

¿Cómo se llama el agua limpia, el aire puro y un medio ambiente seguro?
¿No son riquezas?
¿Por qué sólo se convierte en riqueza cuando una entidad lo cerca y lo declara propiedad privada?

Eso no es crear riquezas es usurpar riquezas. Durante siglos, hemos pasado cada vez más cosas al dominio público, pero últimamente, en las últimas décadas, hemos empezado a sacarlas otra vez.
Los bomberos, por ejemplo.
Los bomberos comenzaron como compañías privadas. Si uno no tenía el medallón de una brigada en su casa, y ésta se estaba incendiando, los bomberos pasaban de largo porque no había un acuerdo. Gradualmente evolucionó en una institución pública para proveer seguridad en ese nivel específico.

La privatización no significa coger una institución pública y dársela a una buena persona.
Es tomar una institución pública y dársela a una tiranía irresponsable.

Las instituciones públicas tienen muchos beneficios extra. Pueden operar dando pérdidas adrede; no buscan la ganancia. Pueden operar dando pérdidas por los beneficios extra. Entonces, por ejemplo, si una industria pública de acero opera dando pérdidas al suministrar acero barato a otras industrias, eso es bueno. Las instituciones públicas pueden tener propiedad contracíclica. Es decir, pueden mantener el empleo en períodos de recesión, aumentando la demanda y ayudando a salir de la recesión.

Una compañía privada no puede hacer eso en una recesión, debe despedir porque así es como gana dinero.

Imagínense un mundo donde la canción "Cumpleaños feliz" pertenezca a una corporación. De hecho, una subsidiaria de AOL/Time Warner tiene los derechos de autor. En el pasado ha pedido hasta S10.000 para permitirles oír cantar la canción en una película.

Comparar el mercadeo de antes al de hoy, es como comparar un rifle de aire con una bomba. No es el mismo de cuando yo eramos niños ni de cuando los jóvenes adultos de hoy eran niños. Es mucho más sofisticado y mucho más difundido. No es cuestión de si los productos son buenos o no, es cómo manipulan a los niños para que compren el producto. En 1998, Western International Media, Century City y Lieberman Research Worldwide realizaron un estudio sobre el fastidio.

""Les pedimos a los padres que llevaran un diario y que asentaran cada vez que su hijo los fastidiara para comprar un producto. Debían informar cuándo, dónde y por qué. Este estudio no se hizo para aliviar a los padres del fastidio. Fue para ayudar a las corporaciones a animar a los niños a fastidiar por sus productos. Entre el 20 y el 40% de las compras no se hubieran hecho si el niño no hubiera fastidiado a los padres. Resultó que un cuarto de las visitas a los parques temáticos no se hubieran realizado si el niño no fastidia. A los padres no les gustan ciertos parques tematicos para niños porque son muy ruidosos y hay muchos niños; no quieren pasar dos horas ahí. Pero si el niño fastidia, van. Igual pasa con las películas, los videos, la comida rápida. Tenemos que atravesar esa barrera donde los padres nos dicen que no les gusta que sus hijos fastidien. El consumidor puede manipularse para que quiera y compre los productos. Es un juego. Los niños no son adultos pequeños. Sus mentes aún no están desarrolladas y la gente de mercadeo juega con las vulnerabilidades de su desarrollo. El mercadeo al cual los niños están expuestos hoy en día ha sido estudiado por psicólogos y realzado por una tecnología de medios que nadie imaginó posible. Cuanto más sepamos del consumidor, más creativos seremos en la comunicación. Hace falta tener en nómina a un psicólogo. No digo que esté mal hacer cosas para los niños, pero es importante distinguir a los psicólogos que trabajan en los productos para niños para ayudar a las compañías de juguetes a hacer juguetes que sean apropiados para su desarrollo, lo cual es magnífico; es diferente, a los que inventan cómo vender los juguetes directamente a los niños. Initiative es inmensa. En Estados Unidos se invierten USD 12 mil millones en medios. Lo ponemos en televisión, en prensa, al aire libre, compramos tiempo en la radio. Somos los que más compramos espacio para publicidad en Estados Unidos y en el mundo.

Son los consumidores adultos de mañana, y si se establece una relación desde temprano, los tendremos cuando sean adultos. Alguien me preguntó si eso era ético, porque manipulamos a los niños. No sé si es ético, pero nuestro rol en Initiative es vender productos y si sabemos que vendemos con creatividad a través de algún medio, habremos hecho el trabajo.""



Una familia no puede competir con una industria que gasta S12 mil millones para llegar a sus hijos.
Es imposible.



Toda institución proporciona a sus miembros un rol social para que lo ocupen. Típicamente, las instituciones vibrantes y poderosas especificarán ese rol como una lista de virtudes. Así pasa con las iglesias, escuelas, con cualquier institución que tenga poder sobre sus miembros y los moldee. Igualmente, la corporación nos da unas virtudes, un rol social, que es el buen consumidor. Como las aguas del poderoso mar, la gente también representa una fuerza tremenda:
la comprensión de lo que es importante para el estilo de vida del norteamericano. Esta fuerza es el poder del consumidor. La meta de las corporaciones es maximizar las ganancias y la cuota de mercado, y también tienen una meta para su [target] poblacional. Tienen que convertirlos en consumidores no pensantes de cosas que no quieren. Hay que desarrollar lo que se llama "deseos artificiales", hay que imponerle a la gente la filosofía de la nimiedad, hacer que se concentre en las cosas sin importancia de la vida, como el consumo de moda. Estoy citando literatura corporativa, y tiene mucho sentido. La idea es tener individuos desasociados uno del otro, cuya concepción de sí mismos, su sentido del valor sea: "¿Cuántos deseos artificiales puedo satisfacer?" Hay industrias gigantes, monstruosas, como la de relaciones públicas, la de publicidad... que fueron diseñadas desde el comienzo para moldear a la gente en este patrón.


Extraído de la Película "La Corporación" de Joel Bakan.
Basada en el libro del mismo autor "The Pathological Pursuit of Profit and Power".

1 comentario:

Jairo Alberto Galindo C. dijo...

http://jairogalindo.blogspot.com/2006/10/semiotica-organizacional-o-corporativa.html